Las máquinas son muy precisas, pero en la práctica no siempre marchan bien las cosas. A nadie le gusta ver un borde blanco o un corte torcido. Nuestro recurso clave: el sangrado.
El sangrado (también llamado sangre) son unos bordes extras que luego son cortados. La idea es que los colores sobrepasan la línea de corte. De esta manera el corte no se hace entre la frontera blanco exterior y color interior, sino que en verdad se corta en medio del color.
Ejemplo de sangrado y márgenes en un documento
En la imagen podéis ver la sangre en un lila claro con 3 mm. En esta parte del diseño debe hacerse la línea de corte.
Además, también marcamos en rojo el margen interior, es decir, el espacio entre la línea de corte y los elementos del impreso como el texto.
Dicho de otro modo, el corte se realiza en la zona lila claro, justo tocando con la zona roja. En rojo y blanco se representa el documento impreso con el tamaño final. El rojo representa el margen interior y el blanco representa el texto u otros elementos.
¿Por qué es tan importante el sangrado si luego se corta?
Los impresores necesitamos el sangrado para realizar correcciones milimétricas. A veces la impresión no queda cuadrada y paralela con el papel. Entonces, para realizar un corte paralelo con la imagen utilizamos este recurso.
Así pues, la imagen de fondo y los colores no deben quedarse en la línea de corte exacta, sino que deben extenderse 3mm hacia el exterior.
Si estás pensando en enviarnos tu diseño listo para imprimir, recuerda colocar el sangrado y medir el margen. La recomendación es utilizar un sagrado de unos 3mm y un margen de 5mm.
Si tienes alguna duda o necesitas ayuda, contacta con nosotros.